Acciones atrasadas generan consecuencias adelantadas: La trampa de la procrastinación.
- Claudia Ardon
- 5 feb
- 2 Min. de lectura

¿Te sentís atrapada en un círculo vicioso de postergar lo más importante en tu vida? Sabés que tenés que hacer algo, pero lo vas dejando y dejando para mañana y cuando menos lo esperás, el tiempo te cobra la factura con intereses, pues te genera: estrés, ansiedad, oportunidades perdidas y una sensación de insatisfacción constante que no desaparece.

La procrastinación no solo retrasa nuestras acciones, sino que adelanta sus consecuencias. Sabes que tenés que hacer algo que es importante, como un proyecto en tu oficina, una decisión personal importante que tomar, la cual posiblemente no sea urgente, pero como la vas dejando y dejando, llegará el momento en que inesperadamente tu jefe te pida ese proyecto o que esa decisión que nunca tomaste te cobre factura y tengas que actuar de emergencia y a la carrera.
Muchas veces, creemos que postergar algo nos da un alivio momentáneo, cuando en realidad solo nos estamos poniendo una trampa a nosotras mismas. Nos convencemos de que "luego tendré tiempo" o "cuando tenga ganas lo haré mejor", pero en el fondo sabemos que ese momento nunca llegará fácilmente.
Entonces, ¿cómo frenarlo?

Aceptá que la perfección es una excusa disfrazada. Si estás esperando sentirte lista o motivada, puede que ese día nunca llegue. En cambio, empezá por dar el primer paso, aunque sea pequeño.
Creá un sistema de decisiones basado en prioridades reales.
Preguntate: ¿esto que estoy postergando está alineado con mis metas y valores? Si la respuesta es sí, entonces no se trata de "cuando tenga tiempo", sino de "cómo voy a hacer tiempo para ello". Recordá que lo urgente nunca debería desplazar lo importante.
Dejá de depender de la motivación y apostá por la disciplina.

La acción genera movimiento, y el movimiento genera impulso. Una vez que arrancás, la inercia te ayuda a seguir avanzando.
Postergar decisiones y acciones no solo te atrasa en tu camino, sino que hace que las consecuencias lleguen antes de lo esperado y muchas veces, con mayor peso. No se trata de hacerlo todo en un día, sino de empezar hoy, con lo que podés, con lo que tenés.
¿Y tú? ¿Qué acción venís postergando que podrías comenzar hoy? Contame en los comentarios y compartamos inspiración para dejar atrás la procrastinación y tomar el control de nuestras acciones.
¡Nos vemos en el siguiente viaje!
Claudia Ardón





Comentarios