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El error más grande al usar IA para productividad (y cómo evitarlo).

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Hace unos días, una lectora del blog me escribió con una historia que muchas de nosotras hemos vivido. Su mensaje era una mezcla de emoción y frustración. Me contó que había comenzado a usar inteligencia artificial para ser más productiva, pero en lugar de ayudarle, sentía que estaba perdiendo más tiempo.


Para proteger su privacidad, la llamaremos Laura.

Laura estaba emocionada. Había escuchado que la inteligencia artificial podía hacer su vida más fácil: redactar correos, organizar su agenda, hasta planificar sus reuniones. Pensó que finalmente había encontrado la herramienta perfecta para ganar tiempo y reducir el estrés.


Pero pronto, la emoción se convirtió en frustración. Pasaba más tiempo ajustando los textos que ChatGPT le generaba que si los escribiera ella misma. Su bandeja de entrada seguía llena de correos sin responder y su lista de tareas parecía interminable. En su cabeza pensaba “¡Esto de la IA, definitivamente no es para mí!".


Y ahí radica el problema. Como muchas mujeres que buscan ser más productivas, Laura cayó en la trampa de usar la IA de manera pasiva, esperando que hiciera el trabajo por ella. Pero la inteligencia artificial no es magia. Como todo en la vida, sin una estrategia clara, en lugar de ahorrar tiempo, puede convertirse en un obstáculo más.


La solución: Usá la IA como una herramienta, no como un reemplazo

La clave está en usar la inteligencia artificial de manera estratégica. Laura se dio cuenta de que debía cambiar su enfoque. En lugar de pedirle a la IA que escribiera todo por ella sin más, comenzó a darle instrucciones detalladas y a usar los resultados como base para agilizar su propio trabajo. Así fue como empezó a ver resultados reales.


✅ Definí primero tus objetivos. Antes de pedirle algo a la IA, tené claro qué es lo que necesitás. Un prompt bien planteado puede hacer la diferencia entre un resultado genérico y uno realmente útil.

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✅ Refiná y personalizá los resultados. Usá la IA como punto de partida, pero ajustá los textos o ideas según tu estilo, necesidades y contexto.


✅ Aprovechá la IA para optimizar procesos, no para evitarlos. Por ejemplo, en vez de pedirle que escriba un correo desde cero, usá la IA para darle estructura rápida a tus ideas y luego personalizá el mensaje.

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✅ Combiná la IA con tu creatividad y criterio. La IA no reemplaza tu intuición ni tu capacidad de tomar decisiones, pero puede darte insumos para mejorar tu trabajo y optimizar tu tiempo. 

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Finalmente, nuestra lectora “Laura” aprendió que la IA no es un sustituto de su pensamiento, sino una herramienta para potenciarlo. Desde que cambió su enfoque, ahora logra en minutos lo que antes le tomaba horas.


Si en algún momento sentiste que la IA te estaba complicando en vez de ayudarte, no estás sola. ¡Pero ahora ya sabes cómo sacarle el máximo provecho!"

¿Y a ti, te ha pasado lo mismo?


👉 Contame, ¿has cometido este error alguna vez? ¡Te leo en los comentarios! 😉

¡Nos vemos en el siguiente viaje! 🚀


Claudia Ardón

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